La complacencia en el Mal

EL NUEVO HOLOCAUSTO

Francisco Yepes

Viernes 01/01/2010

El día en que nos encontremos a gusto en un ambiente vital que consagra el aborto como «derecho» habremos dejado de merecer el calificativo de persona, de humanos; porque simplemente habremos dimitido de la razón, que es la capacidad de discernimiento sobre lo que es justo o injusto.

Cuando el aborto se acepta como una conquista de la libertad o del progreso, cuando se niega o restringe el derecho a la vida de las generaciones venideras, nuestra propia condición humana se debilita hasta morir; y entonces nos convertimos, irrevocablemente, en borregos de la corriente ideológica de la progresía, sin advertirlo.

Porque muertos están quienes por cobardía, por conformidad con las ideas establecidas defienden el aborto; y también quienes con su silencio o indiferencia lo amparan, y quienes consienten que leyes inicuas prosperen.
Llegará un día en que las generaciones venideras, al asomarse a los cementerios del aborto, se estremecerán de horror, como hoy nos estremecemos ante las matanzas que ampararon los totalitarismos del siglo pasado, pero se estremecerán, sobre todo y mas, ante la complicidad tácita de una sociedad que, dimitiendo de su humanidad, prefirió volver el rostro hacia otro lado cuando se trataba de defender la vida más frágil e indefensa, que incluso aceptó el aborto como un derecho, como un instrumento beneficioso para la sociedad y la mujer.

A esas generaciones futuras les consolará, sin embargo, saber que, mientras muchos de sus antepasados renegaban de su condición humana, acatando la barbarie y bendiciéndola legalmente, hubo unos cientos de miles de españoles que salieron a la calle para gritarle a una sociedad moribunda aquellas palabras de Jesús a su amigo «Lázaro sal, levántate y anda». Y, agradecidos, se darán cuenta que, aquellos cientos de miles de españoles irradiaron vida en un mundo acechado por la muerte.
Esto mismo debió ocurrir con los primeros patricios que, en la época de esplendor del Imperio Romano, empezaron a liberar a esclavos, como aquel Filemón que, siguiendo las instrucciones de San Pablo, decidió acoger a su esclavo Onésimo como si de un «hermano querido» se tratase. La esclavitud no era tan sólo una institución jurídica reconocida, y protegida por la ley; era también el cimiento de la organización económica romana. Los esclavos eran individuos que, aun perteneciendo a la especie humana, no eran «personas» en el sentido jurídico de la palabra, sino «bienes» sobre los que sus amos podían ejercer un «derecho» de libre disposición.
Pero aquel patricio romano « Filemón » alegó entonces que, más allá de los preceptos legales, existía un estado de naturaleza que permitía reconocer en cualquier ser humano una dignidad inalienable; y que tal dignidad era previa a su consideración de ciudadano romano. Aquella subversión ponía en peligro el progreso material de Roma; y quienes entonces estaban a favor de la esclavitud, se emplearon a fondo en el mantenimiento de un orden legal que favorecía sus intereses.

Tan a fondo se emplearon que la abolición de la esclavitud aún tardaría muchos siglos en imponerse; y no lo hizo hasta que muchos otros cristianos como Filemón propiciaron un cambio social, un cambio de mentalidad que antepuso la dignidad inalienable de cualquier persona, sobre los indudables beneficios económicos de la esclavitud. Y en el largo camino hacia esa conquista, muchos hombres y mujeres fueron señalados como retrógrados, fueron perseguidos y condenados al anonimato.
Al igual que ocurriera hace dos mil años a los primeros patricios romanos que empezaron a liberar esclavos, ocurre hoy a quienes se oponen al aborto, a la eutanasia, a la manipulación genética…. que son anatemizados, escarnecidos, calumniados y presentados como detractores de los «derechos de la mujer», y como «retrógrados» que amenazan el progreso social.

Pero, al igual que aquellos primeros romanos que reconocieron en cualquier persona una dignidad inalienable, quienes hoy se oponen al aborto no hacen sino velar por esa verdad inquebrantable que nos permite reconocer como miembro de la familia humana a quienes aún no tienen voz para proclamarlo.

LA PILDORA DEL DIA DESPUES

La píldora abortiva RU486, dañina y poco eficaz
El doctor Renzo Puccetti analiza un estudio presentado al congreso nacional de ginecólogos
ROMA, viernes 9 de octubre de 2008
El doctor Renzo Puccetti, miembro del grupo de trabajo de la European Medical Association, y autor del libro:
“El hombre no deseado: De la píldora de Pincus a la RU 486”,
Junto con otros especialistas, ha presentado en el congreso ginecológico de Turín, un estudio sobre la píldora del día después. Le preguntamos:
¿Cuáles son los principales resultados de su estudio?
Puccetti: Hemos realizado un modelo interpretativo capaz de explicar lo que sabemos desde hace tiempo, o sea, que los resultados esperados han fracasado en conjunto a la hora de reducir, a nivel de población, los embarazos no deseados y los abortos. Hemos mostrado mediante análisis cuantitativos que queriendo negar el posible impedimento de la implantación del embrión que lleva a cabo este medicamento, se debe admitir una eficacia real significativamente inferior a lo que comúnmente se cree. Según nuestros cálculos además, la dilación a la hora de tomar el fármaco tiene en conjunto un impacto escasísimo, numerosos estudios no han evidenciado correlación alguna entre eficacia y asunción. La supuesta urgencia prescriptiva es por tanto, en la práctica, una instancia fundada en datos en conjunto de escasa relevancia.
¿Es la mejor manera de prevenir los embarazos no deseados y el aborto?.
Puccetti: El eslógan: «más contracepción, menos abortos». Los hechos demuestran que se trata de un eslógan falso. Tras más de 40 años de la introducción de la píldora anticonceptiva, el número de abortos ha crecido de forma espectacular, a menudo en mayor medida precisamente en los países donde más se ha difundido la cultura contraceptiva. Está a punto de publicarse un estudio nuestro en el que, con números en la mano, se muestra de forma muy sólida el fracaso de la estrategia contraceptiva. Se trata de una realidad que, aunque tímidamente, también en el mundo científico está tomando conciencia lentamente, como atestigua la creciente aparición de estudios que lo apoyan. La afirmación de que es necesario acudir a la contracepción para reducir los embarazos no deseados y los abortos refleja como mínimo un escaso conocimiento de los datos de la literatura médica, aunque es posible que sea expresión de un cierto oscurantismo ideológico.

¿Por qué según usted existen estas resistencias?
Puccetti: El de reducir al ser humano a su sola dimensión biológica, aceptando así la idea de que la sexualidad humana se identifica con la única dimensión genital. Esta postura ha alimentado una fracasada carrera tecnológica dirigida a asegurar la posibilidad de un sexo libre, olvidando que la libertad es verdadera cuando se desarrolla su dimensión de la responsabilidad.
¿Por qué fracasada?
Puccetti: Porque son las personas, las primeras las mujeres, que se rebelan contra esta perspectiva. Se ha probado todo, la búsqueda de productos teóricamente más tolerados, más fáciles de tomar y suministrar no ha surtido ningún efecto. Las mujeres se resisten a someterse por mucho tiempo a la dictadura farmacológica tendente a atrofiar su potencial fertilidad. Lo confirman dos vastos estudios apenas publicados. Después de sólo tres meses, casi la mitad de las mujeres no renueva la prescripción contraceptiva, en un año el porcentaje desciende al 15%. No tienen efecto las formulaciones hormonales teóricamente mejor toleradas. Un gran porcentaje de abortos se verifica en mujeres que durante el mes de la concepción estaban haciendo uso de la contracepción. Cuando la contracepción se suspende o se cambia el método contraceptivo, las personas no cambian sus hábitos sexuales, plasmadas en el comportamiento contraceptivo asumido en precedencia. Estos son algunos de los factores que contribuyen a hacer inapropiada la opción de regular la naturaleza. Al contrario, creo que hay grandes posibilidades si se decide invertir recursos financieros e intelectuales en el campo de la regulación natural.

FJYEPES

TOMA DE POSESIÓN DE D. CARLOS OSORO (Video completo)

Este pasado sábado día 18 de abril, el nuevo, ahora ya, Arzobispo de Valencia, D. Carlos Osoro tomó posesión del cargo en la Catedral de Valencia.
Pero antes de la Eucaristía de toma de posesión hizo una visita a la Basílica de la Virgen y se paseó con los Valencianos, sus nuevos fieles. D. Carlos se mostró cercano y quiso saludar a la gente que le esperaba ver pasar, que le acogía y le arropaba en este día tan especial.

D. Carlos Osoro - Arzobispo de Valencia

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