Monseñor Osoro abre el Año de la Fe

Monseñor Osoro abre el Año de la Fe en Valencia en una multitudinaria misa y anima a “profesar en público la fe, sin ambigüedades ni escondernos”

(Audio completo de la Homilía del Sr.Arzobispo)
VALENCIA, 11 OCT. (AVAN).- El arzobispo de Valencia, monseñor Carlos Osoro, ha abierto esta tarde el Año de la Fe, convocado por el papa Benedicto XVI, en la Catedral de Valencia ante más de mil personas que han llenado el templo.

En la misa, en la que ha concelebrado su obispo auxiliar, monseñor Enrique Benavent, y un centenar de sacerdotes, monseñor Osoro ha pedido a los fieles valencianos que vivan el Año de la Fe “con el anhelo y la tensión positiva de volver a anunciar a Jesucristo, de confesar la fe en él y de profesarla públicamente y sin ambigüedades, sin escondernos”, porque “¿es que hay que esconder a quien da sentido y profundidad a la vida humana y a la historia?”.

Con motivo de la apertura del Año de la Fe, la Catedral ha lucido por primera vez seis tapices de lona de grandes dimensiones, colgando de los arcos góticos que separan la nave central de las laterales, con las imágenes de otros tantos santos valencianos, “testigos de la fe”, San Vicente Mártir, San Vicente Ferrer, Santo Tomás de Villanueva, San Juan de Ribera, Santa Teresa de Jesús Jornet y la beata Josefa Naval Girbés de Algemesí.

“Hacer resplandecer la verdad y belleza de la fe con nuestra propia vida”

“Nuestra tarea hoy es la misma que la de estos santos nuestros que han vivido la fe aquí en Valencia, hacer resplandecer la verdad y la belleza de la fe con nuestra propia vida, como ellos lo hicieron, sin sacrificar la fe a exigencias encadenadas a cualquier cosa”, ha indicado el prelado.

“El anhelo que todos estos santos tuvieron de anunciar a Cristo en su tiempo es lo que tiene que provocar en nosotros este Año de la Fe”, ha reiterado monseñor Carlos Osoro, quien ha subrayado que “hoy más que nunca evangelizar quiere decir testimoniar una vida nueva transformada por Dios y así indicar el camino”.

Además, el Arzobispo ha invitado a celebrar el Año de la Fe de manera “digna y fecunda” y ha propuesto a los fieles asumir “como obligación, como hacían los primeros cristianos” el aprendizaje del credo “de memoria, pero no solamente para aprender unas palabras sino para vivir las consecuencias que tiene para nosotros esa confesión de la fe”. Igualmente, ha invitado a “tomar como obligación recoger del catecismo los contenidos fundamentales de la fe católica e incorporarlos a nuestra vida, como hicieron todos estos santos valencianos que hoy nos acompañan”.

En la misa, concelebrada por el Cabildo catedralicio, el consejo de gobierno de la diócesis y un centenar de sacerdotes, han participado más de mil fieles, en representación de las ocho vicarías territoriales de la diócesis También han ssistido el rector de la Universidad Católica de Valencia, San Vicente Mártir, José Alfredo Peris, y la rectora de la Universidad Cardenal Herrera CEU, Rosa Visiedo.

Gratitud a los sacerdotes Miguel Payá, Javier Llopis y Jaime Sancho

Al comienzo de la homilía, monseñor Osoro ha expresado su gratitud por la organización del Año de la Fe a la comisión del Itinerario Diocesano de Renovación, presidida por el sacerdote Miguel Payá, y en la que han tomado parte especial el vicario de Evangelización, Javier Llopis, y el presidente de la comisión diocesana de Liturgia, Jaime Sancho.

Durante la eucaristía, en la que han intervenido el Coro del Seminario Metropolitano y la Escolanía de la Virgen, se ha realizado la profesión de fe con el Credo Apostólico, en el que los fieles han respondido con aclamaciones. Al termino de la eucaristía, todos los participantes han cantado el Himno de la Coronación de la Virgen de los Desamparados.

Para conmemorar la apertura del Año de la Fe, las campanas del Miguelete han sido volteadas a mano por los campaneros de la Catedral.

FOTO: Alberto Sáiz

Solemne Eucaristía de Consagración del altar y templo

El pasado domingo 15 de Enero ,tuvimos la Solemne Eucaristía de Consagración del altar y templo presidida por nuestro arzobispo Don Carlos Osoro

Aqui tenéis algunas fotos de este importante e histórico evento.




Consagración Altar y Templo, un álbum en Flickr.

Un evento histórico para nuestra parroquia

Pulsa el siguiente enlace para descargar el cartel de invitación:

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Como rezar la coronilla de la Divina Misericordia

En el año 1935, la beata Sor Faustina tuvo la visión de un ángel enviado por Dios para castigar la tierra.  Estremecida por esta señal de la ira divina, empezó a rezar pidiendo misericordia, pero sus oraciones eran ineficaces.  De repente vio a la Santa Trinidad y sintió el poder de la gracia de Jesús dentro de su alma.  Volvió a rogar a Dios por el mundo con las palabras que oyó dentro de ella:

Padre eterno, Te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero (Diario, 476).

Mientras seguía repitiendo esta oración, vio como el poder del ángel disminuía hasta que no pudo llevar a cabo el castigo merecido (Diario, 474- 475).

Al día siguiente, cuando entró en la capilla, oyó de nuevo esta voz interior que le enseñó a rezar la oración que nuestro Señor más tarde llamó la «coronilla «. Desde entonces rezaba esta oración casi constantemente, ofreciéndola especialmente por los agonizantes.

En revelaciones posteriores, el Señor aclaró a Sor Faustina que la coronilla no era solamente para ella, sino para el mundo entero.  Además, agregó promesas extraordinarias a su rezo.

Hija Mía, anima a las almas a rezar la coronilla que te he dado (Diario, 1541).  Quienquiera que la rece recibirá gran misericordia a la hora de la muerte (Diario, 687).  Cuando recen esta coronilla junto a los moribundos, Me pondré entre el Pa-re y el alma agonizante no como el juez justo sino el Salvador misericordioso (Diario, 1541).

Los sacerdotes se la recomendarán a los pecadores como la última tabla de salvación.  Hasta el pecador mas empedernido, si reza esta coronilla una sola vez, recibirá la gracia de Mi misericordia infinita. Deseo conceder gracias inimaginables a las almas que confían en Mi misericordia (Diario, 687).  A través de ella obtendrás todo, si lo que pides está de acuerdo con Mi voluntad (Diario, 1731).

Rezada en un rosario común, la coronilla a la Divina Misericordia es una oración de intercesión que extiende la ofrenda de la Eucaristía, por lo que es particularmente apropiado rezarla después de recibir la Santa Comunión en la Santa Misa.  Se puede rezar a cualquier hora, pero nuestro Señor dijo a Sor Faustina que la rezara especialmente durante los nueve días antes de la Fiesta de la Misericordia (el primer domingo después de Pascua).  Después agregó:

Durante este novenario concederé a las almas toda clase de gracias (Diario, 796)

Así mismo, es apropiado rezar la coronilla diariamente durante «La hora de la gran misericordia», a las tres de la tarde (recordando la hora en que Jesús murió en la Cruz).  En Sus revelaciones a la beata Sor Faustina, nuestro Señor pidió que se recordara de manera especial Su Pasión a esa hora.

COMO REZAR LA CORONILLA A LA DIVINA MISERICORDIA
(Diario, 476,-  usando un rosario común.)

Un Padre nuestro

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.  Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal, Amén.

Un Ave María

Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.  Santa María, Madre de Dios. ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.  Amén.

Un Credo de los Apóstoles

Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, Su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncío Pilato, fue crucificado, muerto ysepultado. Descendió a los inflemos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.

En las cuentas grandes antes de cada decena

Padre eterno, Te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, como Propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero.

En las 10 cuentas pequeñas de cada decena:

Por Su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.

Doxología final después de las cinco decenas:

Santo Dios,
Santo Fuerte,
Santo Inmortal,
ten misericordia de nosotros
y del mundo entero.

(Tres veces.)

 

 

 

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