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Primera misa de Pablo Andreu Gallego (Fotos / vídeo-retransmisión)

El pasado día 24 de junio, solemnidad de la Natividad de san Juan Bautista, nuestro arzobispo, monseñor Enrique Benavent, presidió la ordenación sacerdotal de cuatro seminaristas de la Archidiócesis, entre ellos estuvo Pablo Andreu Gallego, feligrés de nuestra parroquia, a quien hemos podido seguir su proceso vocacional y ahora podemos contemplar, como dice el salmo:

“El Señor es fiel a sus palabras, bondadoso en todas sus acciones” (Sal 144).

Por la ordenación sacerdotal, Pablo queda configurado con Cristo Sacerdote y por ello tiene la gracia de acercar a los fieles a través de los sacramentos y de su vida a Cristo.

Por la ordenación podrá presidir las celebraciones, consagrar la Eucaristía, perdonar los pecados, ungir a los enfermos, bendecir, bautizar, presidir las nupcias matrimoniales y las exequias.

Es por ello que al día siguiente de su ordenación, el 25 de junio a las 19h00, presidió en nuestra parroquia su primera misa como sacerdote, en la que estuvo acompañado por su familia y por más de 30 sacerdotes, entre ellos nuestro párroco don Pablo Aranda quien hizo la homilía; don Germán Oltra, párroco de la parroquia de san Francisco de Asís de Oliva, donde Pablo Andreu ha estado enviado durante los últimos 3 años; también los dos rectores de los seminarios en los que ha estado durante su tiempo de formación, sus formadores, el vicario episcopal y compañeros de Pablo con los que coincidió en el seminario y ya son sacerdotes, además de los seminaristas y los compañeros con los que Pablo se ha ordenado; su comunidad Neocatecumenal y un buen número de feligreses y autoridades civiles como la señora alcaldesa de Torrent y miembros de la corporación municipal.

La Eucaristía que vivimos el pasado 25 de junio fue una auténtica fiesta, donde se derramó mucha gracia y mucha unción. Fue expresión del amor que los cristianos vivimos al celebrar la misa: una auténtica fiesta para celebrar la fidelidad del Señor, esta vez, en especial, en Pablo, pero también en todos.

Le pedimos al Señor que bendiga su ministerio y que sea muy fructífero para mayor gloria de Dios y beneficio de su pueblo; y seguimos pidiendo a Dios que siga bendiciendo a su Iglesia con nuevas, muchas y santas vocaciones.